Aunque parezca mentira, siento revivir una situación semejante aún siendo muy diferente.

Me explico, por temas de salud tuve que pasar por quirófano en repetidas ocasiones y en un periodo de tiempo muy corto. Por lo que tuve que quedarme en casa periódicamente haciendo reposo y sin moverme practicamente, para evitar retroceder en mi proceso de recuperación. 

Este tiempo me hizo ver la vida desde otro prisma, cambiando, sin duda alguna, mi escala de valores.

Y ahora confinada en casa por el Covid-19, tengo la sensación como decía, de tener un “déjà vu”. Como podréis imaginar  todo lo que ya he vivido me ha ayudado a afrontar con más fuerza esta nueva etapa. Y hay una diferencia sustancial, ahora no puedo moverme fuera de casa pero si puedo moverme sin limitaciones físicas dentro de ella 😊

Algo es algo….Pensar en positivo tiene siempre sus ventajas, creerme!!!

De todos modos, volviendo a la situación actual, la incertidumbre que nos genera el no saber qué pasará, cuándo terminará esta pesadilla….Entiendo que es un reto sobretodo psicológico.

Esta experiencia debería de hacernos cambiar a mejor, hacernos pensar en lo realmente importante y relativizar el resto. Sin por ello restar el sufrimiento de las personas hospitalizadas (como es el caso de un buen amigo), los que sufren por sus ingresos, etc. 

Lógicamente la fortaleza de cada persona depende tamibién de la situación de cada uno, de su situación personal, familiar, de ingresos etc…

Por ello quiero contaros que me siento afortunada a fecha de hoy en muchos aspectos, y que como muchos de vosotros lo que llevo peor es saber que mis padres no se quedan en casa, que salen como mínimo una vez al día aún conociendo los riesgos que conlleva.  Son mayores y con patologies varias que en caso de contagio tendrían un mal final seguro. 

¿Cómo lidiar con esa situación? Intento compaginar mis obligaciones laborales y domesticas con el intento de motivar a mis padres para hacerles participes de este Trabajo en equipo común a todos, quedándonos en casa para lograr acabar con esta pandemia lo antes posible. 

Como no depende de mí el cambio de actitud de mis padres, es lo que llevo peor. No poder controlarlo. Tengo miedo e intento hablar mucho con ellos, trasladándoles cariño, soporte emocional y esperanza plena de que si todos somos responsables, ayudaremos a finalizar esta etapa horrible, para recuperar nuestras “vidas anteriores”

Eso sí, con un valor añadido seguro de crecimiento personal. Es momento de reflexión, de oportunidades para mejorar muchos aspectos y relaciones de nuestra vida.

Por lo que, quiero dar gracias por lo que sí tenemos que es mucho, y quiero contagiar de algo muy bueno, ESPERANZA de que todo pasará. Aprovechemos al máximo esta la situación para ser mejores. 

Gracias a todos!

Vanessa Godayol, alumna de Coaching Sostenible.